Todo mi entorno familiar y educativo, hasta yo mismo, pensaba que me iba a dedicar a las ciencias. En mi educación despuntaba en ello, y durante ese período en contadas ocasiones tuve contacto con el teatro. En ese sentido, no soy el claro ejemplo de una persona que tenía claro que quería ser actor desde pequeño.

Pero con 16 años me encontraba en un campamento de verano impregnado de teatralidad, y de manera natural  y sin quererlo comence a destacar entre todos por mis “dotes actorales”. Los niños, y no tan niños, se reían y disfrutaban al verme hacer el tonto. El cura que llevaba el campamaneto me hizo llamar, y aún recuerdo lo que me dijo mirándome a los ojos: “Nacho, Dios te ha dado el don de la palabra”.

No fue hasta una crisis existencial que viví con 19 años que me reconecté con esa simple verdad sobre mí mismo y decidí encaminar mi futuro hacía a las artes escénicas.

Teatro

Cortometrajes

Nacho Navas

Diseño: Artfy®